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sábado, 18 de julio de 2015

Raynald Colom y Ginesa Ortega ofrecieron un original concierto de jazz y flamenco. 

 
La asistencia a cualquier jornada de las 13 que conforman la XVIII edición de Jazz San Javier tiene que ir unida a una absoluta apertura mental. Si no fuera así, a muchos aficionados les sería bastante difícil poder apreciar y entender algunos de los conciertos que cada noche, se dejan escuchar sobre el escenario de su auditorio. Lo que ya es absolutamente libre es que a unos guste más, menos o nada. Pero para entender y apreciar lo que cada noche nos deparan los artistas que nos visitan, para ello, hay que tener una gran apertura mental. Y algo así fue lo que ocurrió la noche del pasado sábado, 11 de Julio, en el auditorio del Parque Almansa. Una  fusión entre el jazz y el flamenco (una vez más), que colocó embrujo y calidad; imaginación y trabajo serio, sobre cómo encontrar los puntos de unión entre ambos estilos. Sus protagonistas fueron el cuarteto del trompetista Raynald Colom y la cantaora Ginesa Ortega, que nos sorprendió muy positivamente con su propuesta de ir más allá del flamenco. 

La primera visita que el trompetista francés-español, Raynald Colom, realizó a San Javier en su XIV edición celebrada en 2011, nos dejó un grato recuerdo y un apunte muy serio sobre su manera de interpretar a la trompeta, que le ha llevado a convertirse en uno de nuestros más destacados músicos de jazz del momento. Su calidez con el instrumento, nos hace deleitarnos en pasajes de temas baladísticos pero también nos muestra su fuerza y técnica, cuando llegan piezas con más swing o bop.

Su primera parte estuvo protagonizada por su cuarteto conformado, además de por él a la trompeta, por el pianista y teclista Roger Mas; Tom Warburton, en el contrabajo, y el gran baterista catalán Marc Miralta. Los cuatro músicos nos ofrecieron algo más de 37 minutos de excelente jazz, a través de piezas como “La Llegada “y “Miro” (ambas creadas por el propio Colom), nos dejaba una primera y amplia muestra de la calidad creadora e interpretativa de un Raynald Colom arrollador y cautivador. El público aplaudía a estos cuatro músicos, que dieron una muestra de su veteranía y excelente preparación musical, con una limpieza de ejecución que es de agradecer. Tras presentar a sus músicos, Colom anunció que querían hacer un doble homenaje. El primero, a uno de los mayores difusores del jazz en España sin el que muchos de los músicos, apuntó Raynald, no estaríamos aquí. “Allá donde estés va por ti, Cifu”. El auditorio al completo rompió en un aplauso unánime. El segundo homenaje era para Paco de Lucia, también, subrayó el trompetista, allá donde esté nos verá en estos momentos. El homenaje a ambos fue una original versión de uno de los temas más escuchados del desaparecido guitarrista gaditano: “Ziryab”. Temas que atraparon, como en su anterior visita, la atención de los aficionados a este género llamado jazz y con los que el cuarteto demostró su gran calidad interpretativa en unas partituras, las creadas por Raynald Colom, que encerraban ciertas dificultades técnicas para su ejecución. Grandioso el cuarteto llegado desde Cataluña.

Tras 38 minutos de buen jazz llegaba el momento de presentar a su invitada: Ginesa Ortega. Con ella, se destapó el tarro de las esencias musicales. Ortega posee una voz extraordinaria para el flamenco, como pronto demostró en su primera interpretación titulada “Evocación”, compuesta también por el trompetista nacido en Francia. Después, Raynald Colom llamó a otra invitada a este concierto: la violinista sevillana Noelia Climent, para que con ellos interpretara una letra de Ginesa Ortega a la que Raynald puso música: “Nana de la Esperanza”. Una nana en la que la cantaora ya dejó destellos de que su futuro y presente no están sólo en el flamenco. Y, ciertamente, que así lo demostró a continuación. Por cierto, el dúo violín-trompeta resultó de lo más convincente. Mis felicitaciones.


Personalmente opino que aquellos músicos que van un paso más allá, que investigan y se “atreven” a contemplar una composición fuera de su entorno natural para llevarla a otros terrenos, pero sin perder su esencia, esos músicos merecen mi respeto y admiración. Y algo así fue lo que llevaron a cabo Ginesa Ortega y el cuarteto que lidera el trompetista Raynald Colom, con una pieza compuesta en 1951 por Frank Sinatra, “I'm A Fool To Want You”, que ha sido grabada por muchísimos artistas del jazz, rock y pop. A Ortega y Colom les interesaba (y se le notaba cuando interpretaba) la versión de Billie Holiday, que llevaron al terreno del flamenco, pero sin dejar perder su toque
de balada jazzística, en la que Ginesa Ortega se recreaba constantemente recogiendo el respeto y admiración del auditorio, mostrado a través de su gran ovación.
Así las cosas, el concierto tocaba a su final con una creación del trompetista titulada “Y vuelta”; título sugestivo, que parece querer indicarnos que este trompetista nacido en Francia, residente en Cataluña y formado en Estados Unidos, volverá en futuras ediciones para reiterarnos sus avances musicales y, sobre todo, su grandeza como músico y persona. Todavía regalaría un bis, “Come Rain Or Come Shine”, interpretado con su trompeta y el piano que tocaba Roger Mas. Sensacional su concierto y magnífica Ginesa Ortega.                                                                                          
                                                                                                     Andrés Garrido.














domingo, 12 de julio de 2015


JACKSON BROWNE DEJA SU ESTELA MUSICAL Y SOCIAL EN JAZZ SAN JAVIER.



Los caminos por los que transcurre este festival de San Javier pueden parecer, en ocasiones, intransitables para el apartado musical que lo define. Sin embargo, lo que el equipo que lidera Alberto Nieto ha ido haciendo durante estos 18 años es introducir a otros músicos que poco han tenido que ver con el jazz para, de esa manera, atraer a otros públicos que nunca o casi nunca han transitado por este género y que tras su visita a San Javier por un motivo como este concierto, se han quedado ya como asiduos. 

Tenemos varios ejemplos, si se revisa la historia de Jazz San Javier, y el de Jackson Browne es el último de esa lista. Este compositor y cantante nacido, por razones del destino laboral de su padre, en Heidelberg (Alemania) en 1948, se iba a convertir años más tarde en todo un icono de la música y la conciencia social. Su padre era un soldado norteamericano y estaba destinado en el país europeo. Su madre había nacido en Minnesota, pero su ascendencia provenía de Noruega. El matrimonio tuvo tres hijos más, pero tan sólo Jackson (cuyo verdadero nombre es Clyde Jackson Browne) se ha dedicado a la música desde muy pequeño. A los tres años, se trasladó a California y unos años más tarde (aún siendo un adolescente) comenzó a cantar folk por locales de Los Ángeles.

Browne tuvo unos comienzos muy ajetreados. Se traslada a Nueva York; al tiempo, se une a la banda The Nitty Gritty Dirt Band, con la que actúa por California y logran ser teloneros de otras formaciones de los años 60 ya consagradas, como Lovin' Spoonful y con la que realizaría sus primeras grabaciones de sus, también, primeras canciones. Tuvo una relación sentimental con la cantante alemana de la Velvet Underground, Nina, a la que ayudó en su disco debut tocando y aportando algunas de sus canciones. Pero no fue hasta que el propio artista grabara las canciones que componía para otros, cuando la revista Rolling Stone se refirió a Jackson Browne como una firme promesa de la música norteamericana.

Los acordes de los primeros temas comenzaron a sonar. Aparecieron canciones de su amplísima discografía como"Barricades of heaven", Just say yeah", "Long way around" o "Leaving winslow", que provocaron el entusiasmo de sus incondicionales y crearon un ambiente de "buen rollo" en todo el auditorio del Parque Almansa. 

El grupo que acompaña a Jackson Browne en esta gira posee una sobrada y contrastada trayectoria. Está conformado por Shane Fontayne, guitarra; Greg Leisz, guitarras, pedal y lap steel; Jeff Young (magnífico, por cierto, en los coros), piano y teclados. El bajista Bob Glaub, al que complementa Mauricio Lewak, desde la batería. Y una cantante que supo cómo adornar las diferentes canciones de Browne llamada Alethea Mills. Con esa banda, Jackson Browne fue desgranando un concierto repleto de enormes recuerdos para los que han gustado de su música durante estos más de 40 años, pero también para volver a remover las conciencias de sus otras batallas contra la degradación del medio ambiente en asuntos como las centrales nucleares, sus ideas políticas liberales o sus colaboraciones en los conciertos de Amnistía Internacional y Fard Aid; ésta última, una institución que trabaja en favor de los granjeros norteamericanos, concienciando a la sociedad de aquel país de la importancia de su agricultura y teniendo unos fondos de ayuda para casos extremos. Todas estas actividades paralelas a la música, le han traído problemas en su trayectoria artística. Pero Jackson Browne ha sabido zafarse de las dificultades con absoluta serenidad y siempre, una y otra vez, contraatacando con iguales o parecidos argumentos a través de sus armas: Las letras de sus canciones y su música. Una música que ha sido como una fuente inagotable, en la que han ido bebiendo para saciar la sed del camino, grupos y solistas como James Taylor, Crosby, Stills, Nash & Young, Gregg Allman o Linda Ronstadt, entre muchos otros conocidos del amplísimo espectro musical norteamericano. Otra gran activista política y social como Joan Baez, también cantó y grabó temas de Jackson Browne, como también el "boss" Bruce Springsteen.

Como todos los grandes de la música, Jackson Browne fue distribuyendo con maestría su gran repertorio de canciones, algunas de ellas recogidas en su más reciente álbum de estudio. Temas como "I'm alive", "Brigh baby blues", "The birds of Saint Marks", "Standing in the breach" (que da título a ese último disco) o "Running on empty", con el que finalizó su concierto amplio (algo más de dos horas y media) en Jazz San Javier. 

Obviamente, el auditorio demandaban bises y Browne y su banda premiaron al respetable con uno de sus iconos musicales y de los Eagles: "Take it easy". Tenía previsto "Stay", probablemente, uno de los mayores éxitos por el que se le conoce no sólo en España, si no en todo el mundo. Pero no hubo espacio para ella. Habrá que continuar recordándola en su grabación de 1977, incluida en su disco grande "Running on empty".

En resumen, un concierto para "viejos" amigos de aquella California de los años 60 del pasado siglo XX, cuna de la denominada "cultura hippye", en el que Jackson Browne ofreció un repaso a su amplia discografía, con acento especial en su más reciente grabación de estudio, al tiempo que insistía en su batalla sobre la conciencia social que propugna desde su juventud a través de sus letras y su actitud ante la vida (y ya va camino de cumplir los 67 añitos). Todo un carácter.

Andrés Garrido Lozano.













jueves, 9 de julio de 2015

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 UNA FIESTA FLAMENCO-CUBANA. 

La segunda parte de esta jornada del sábado 4 de julio, se tornó flamenca y cubana. Era el proyecto titulado “FlamenCuba” que como su propio nombre indica fusiona ambas músicas hasta hacerla una fusión compacta y festiva, en muchos momentos de este concierto que tuvo dos partes bien diferenciadas. La primera fue un tanto más ortodoxa, con piezas que iban desde el flamenco hasta el son cubano. Sus artífices eran Antonio Serrano, en la armónica. El bajista cubano afincado en España, Alain Pérez y su compatriota, el pianista Javier Massó “Caramelo”. Josemi Carmona, a la guitarra; Kiki Cortinas, al cante; Juan Manuel Ruiz “Bandolero”, en la percusión, y el también cubano Kiki Ferrer, a la batería.

 Todos ellos desarrollaron una hora de concierto, en el que se iban alternando piezas como “Tangroove”, de Josemi Carmona; “Caramelo de Cuba”, pieza a la que el recordado Enrique Morente puso letra e incorporó en uno de sus discos; de regreso con otra “Bulería” de Josemi Carmona, para dejar que la voz de Alain Pérez entonara su composición “El ciego sin bastón”. Temas todos ellos, a través de los que el aficionado iba descubriendo caminos encontrados en el flamenco y la música cubana. No están, ni mucho menos, alejados; todo lo contrario. Ambos estilos poseen muchas cosas en común, como demostraron estos siete músicos españoles-cubanos y otros muchos que les han precedido.

Y fue, entonces, cuando apareció la “magia” que cambió las tornas de una segunda parte más festiva y de abrazo definitivo entre el flamenco y  el son o la rumba cubana. “Caramelo” anunció a Antonio Carmona, el ex cantante del grupo español Ketama, hermano de Josemi y uno de nuestros mayores valores actuales en el mercado internacional. La incorporación de su voz y presencia terminó por colocar el auditorio del Parque Almansa boca abajo. Aquello se convirtió, de repente, en una fiesta por todo lo alto en la que nadie estaba impasible, ni quieto ni estático. Antonio Carmona aportó ese punto de ebullición que necesitaba el público, para que éste explotara como una olla a presión. ¡Qué alegría, señores! Sonó “Para que tú no llores”, con un Antonio Carmona cautivador, dejando sonar los primeros coros del público. Luego continuó con “Venenoso”, para que la fiesta fuera tomando más color y calor, con unos músicos que se salían. 

El momento más álgido fue cuando los hermanos Carmona iniciaron las primeras notas de “No estamos locos”. El público, puesto en pié, coreaba sin cesar el estribillo de ese exitazo de los recordados Ketama. Era su himno, su seña de identidad. Con él se despidieron. Pero ese público, ese auditorio, no estaba dispuesto a marcharse sin que antes, se produjera un bis. Y no se hicieron de esperar. Alain Pérez apareció llamando a su gente, para atacar “Chan chan”, del también recordado Compay Segundo, y continuar con un popurrí de temas cubanos y flamencos que acabó con el estribillo de “FlamenCuba”. Una eclosión de felicidad, fiesta y música. 

En suma, una segunda jornada de contrastes musicales bien definidos en la que el neoyorkino Tony Desare y su cuarteto cautivaron, en su primera visita a España y a Jazz San Javier, a un público entregado. Después, los flamencos y cubanos de “FlamenCuba” supieron armar una fiesta por todo lo alto que puso al auditorio del Parque Almansa boca abajo. Felicidad en las caras de los aficionados mientras abandonaban sus butacas. La tercera jornada de esta edición 2015 ha sido preparada como otro premio del festival a esos aficionados que han ido acercándose a este auditorio año tras año. La gira mundial de Jackson Browne llega, el lunes 6, hasta este escenario. Se presume un concierto para apasionados del cantautor norteamericano, que puede congregar a dos generaciones. 

Andrés Garrido Lozano.

















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TONY DESARE CAUTIVA AL AUDITORIO DE SAN JAVIER..


Los contrastes de conciertos son la tónica que caracteriza al Festival de Jazz de San Javier. Y la segunda jornada de esta XVIII edición, no ha sido una excepción. Dos proyectos bien diferenciados pero a la vez complementarios, que nos dieron una idea muy exacta de la realidad del jazz en el siglo XXI. Sus protagonistas fueron el cuarteto que lidera el pianista, compositor y cantante Tony Desare y el espectáculo “FlamenCuba”, que fusiona ambas músicas recorriendo, entre tanto, los amplios espacios jazzísticos. Los músicos que lo hicieron posible fue un entramado de cubanos y flamencos españoles cuyo nexo de unión siempre es el amor por estas y otras músicas; nombres como Javier Massó “Caramelo”, el armonicista Antonio Serrano, Josemi y Antonio Carmona (dos ex Ketama), Alain Pérez (último bajista que tocó con Paco de Lucía), o Kiki Ferrer, Juan Manuel Ruiz “Bandolero” o el cantaor Kiki Cortinas. Todo un elenco de lo mejorcito que hay en estos momentos.


El jazz vocal está convirtiéndose, año tras año en San Javier, en una de las preferencias del respetable. Lo demuestran las voces que durante las últimas ediciones han visitado el festival. Este año sigue esta tónica y el desfile se ha iniciado con el pianista y cantante Tony Desare, nacido en el estado de Nueva York en 1976, que se ha convertido en pocos años en una de las voces más prometedoras del jazz vocal. Incluso hay expertos que ven en Desare el repuesto de Frank Sinatra; su trayectoria le avala, de momento, para llegar a esos límites. Tony Desare inició su concierto en Jazz San Javier con un clásico: “Somebody Loves Me”, que cautivó de inmediato al público. A renglón seguido presentó a sus músicos. Ed Decker, guitarra;  Steve Doyle, contrabajo, y el baterista Mike Klopp. ¡Vaya cuatro musicazos!  Lo demostraron nada más comenzar y asentaron esa primera impresión, con los temas “New Orleans Tango” (del propio Desare), “It’s All Right With Me”, “I Love A Piano” o “How I Will Say I Love You”. Una primera andanada de piezas conocidas por la mayoría, pero con el toque personalísimo del cuarteto que lidera este compositor, pianista y cantante norteamericano llamado Tony Desare. 

 Después de ese frenesí primogénito, una pieza instrumental para descansar un poquito la voz con “Jumpin At Capitol”, a la que siguieron “Chemistry”, “One For My Baby” (un clásico de Johnny Mercer llevado al éxito por Sinatra), para continuar con otra pieza instrumental “Sabre Dance Boogie” (un divertimento sobre la famosa “Danza del Sable”, de Khachaturian) y desplazándose por entre el público cantando “Fire” e implicar al respetable en los coros de la canción. Y casi enganchada a ésta, “Great Balls Of Fire”, con la que finalizaba su concierto de presentación en Jazz San Javier, ante un auditorio literalmente rendido a Tony Desare y su cuarteto.

 Los incesantes aplausos y  silbidos provocaron a los cuatro músicos que, sin abandonar el escenario del auditorio Parque Almansa, afirmara “Es mi primera visita a España; me gusta mucho este país y sus gentes. Muchas gracias”. Ovación cerrada del público antes de que comenzaran s zonas las notas de uno de los grandes éxitos del grupo californiano The Doobie Brothers  titulado “Just In Time” y un segundo tema, “It’s All Right With Me”, de Cole Porter, provocando que el auditorio, puesto en pié, premiara al cuarteto con un aplauso  unánime rindiendo su homenaje y reconocimiento a este, todavía joven pero muy experto, pianista y cantante neoyorkino.

A tenor de los muchos aficionados que, posteriormente, se acercaron a comprar sus discos y lograr su firma, se puede asegurar que Desare ha dejado huella y un recuerdo imborrable de este su primer paso por Jazz San Javier. 

Andrés Garrido Lozano.
















 JOHN HIATT. 

La segunda parte de esta jornada inaugural estaría protagonizada por uno de los más importantes cantautores del denominado folk-rock-blues norteamericano. Su nombre, John Hiatt que venía acompañado por sus fieles músicos de los últimos años como son Doug Lancio, en la guitarra, mandolina y banjo; Dave Ranson, en el bajo, y el baterista Kenneth Blevins. Con ellos, Hiatt viene recorriendo todos los festivales en los que es demanda su presencia para dejar testimonio de su amplia aportación musical a la historia de Estados Unidos.

Los primeros acordes comenzaron a sonar. John Hiatt apareció en el escenario del auditorio Parque Almansa y con un perfecto español saludó: “Buenas noches, muchachos y muchachas”. El público correspondió al saludo y la música comenzó a fluir, en todo el amplio espacio abierto de esta sede de Jazz San Javier. “Your Dad Did”, “Perfectly Good Guitar”, “Face Of God” y “Paper Thin” fueron cuatro primeros aldabonazos musicales que dejó al respetable en condiciones óptimas, para no perder detalle de lo que sucedería por espacio de hora y media de concierto. 

Hiatt se ha convertido, con el paso de los últimos 41 años en uno de los compositores más importantes de la música de su país. Sus comienzos se sitúan como creador de canciones en un sello de Nashville, cuna del country, para otros cantantes. Precisamente una de sus creaciones, “Sure As I'm Sittin' Here”, fue grabada por el grupo Three Dog Night aupando a Hiatt hasta la Epic Records que lo convertiría en el pilar que ha sostenido en este tiempo, la tradición de crear piezas musicales a caballo entre el folk, el country, el rock y blues. Una suma de estilos que se hacen patentes en el amplio repertorio de este cantautor cercano a los 63 años, de los que fue repartiendo en su segunda participación en el Festival de Jazz de San Javier. 


Temas que forman parte de sus 22 grandes discos en solitario y que fue desgranando en este auditorio con títulos como “Real Fine Love”, “Tennessee Plates”, “Crossing Muddy Waters”, “Cry Love” o “Long Time Comin’”, “Drive South” y “Thing Called Love”. 
Los incondicionales de Hiatt y los que no lo eran tanto pero no perdían detalle, se unían en cada canción del norteamericano con sus coros o palmas. John Hiatt se hacía querer y desparramaba sus creaciones entre aquellos amigos que cantaban y participaban con él, en esa fusión músico-público que suele producirse cada noche en este auditorio. El final llegaría con “Feels Like Rain” y “Menphis In The Meantime”, con el que finalizaba su concierto en Jazz San Javier.

El público parecía no querer marcharse y demandó un poco más, que Hiatt concedió al momento con dos piezas más de su amplio repertorio: “Have A Little Faith In Me” y “Riding With The King”. Una despedida a modo de recuerdo para quien en este año se nos fue: B.B. King.

En resumen, una jornada inaugural en esta XVIII edición de Jazz San Javier que refleja los contrastes de estilos que durante este tiempo han sido base de sus programaciones, a través de la elegancia que pusieron el cuarteto liderado por el contrabajista danés, Chris Minh Doky, y la veteranía de John Hiatt y su Combo de regreso a este auditorio tras su primera participación en 2012.
En nuestro próximo encuentro, les contaremos detalles sobre los conciertos que protagonizarán el compositor, pianista y cantante neoyorkino Tony Desare y su cuarteto, así como del espectáculo “FlamenCuba” que fusiona ambas músicas y recoge a importantes músicos de ambas tendencias como Antonio Serrano, Alain Pérez, Javier Massó “Caramelo” o los hermanos Josemi y Antonio Carmona, ambos ex Ketama. 

Andrés Garrido Lozano.