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lunes, 4 de agosto de 2014

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El jazz francés envolvió San Javier


El pianista Giovanni Mirabassi puso un toque romántico, antes de que Melanie Dahan compartiera escenario con su acariciadora voz.  


La undécima jornada del XVII Jazz San Javier ha estado protagonizada por músicos del vecino país: Francia. Una de las zonas de Europa en las que más se ha desarrollado este género. Por su capital, París, han pasado muchos de los más importantes nombres llegados desde Estados Unidos, pero no solamente de allí. La capital parisina ha acogido tradicionalmente a muchos artistas de diferentes disciplinas. La música –y dentro de ella, el jazz– no es una excepción. Es el caso del protagonista de la primera parte de esta jornada en San Javier: el pianista italiano Giovanni Mirabassi, que después de interpretar unos temas en solitario acompañó a la cantante francesa Melanie Dahan, quien nos acarició con su preciosa voz a través de una selección bien escogida de canciones francesas que dieron como resultado un concierto encantador.
Tras su primera visita en la apertura de la XV edición de Jazz San Javier, el pianista italiano afincado en París, Giovanni Mirabassi, regresaba a este festival con una propuesta diferente a la de entonces (en 2012 lo hizo con su trío). Para esta ocasión, Mirabassi planteó un concierto con dos partes; la primera él solo y su piano, en la que demostró sus dotes interpretativas de excelente factura. Para la ocasión, el pianista italiano comenzó con una creación propia titulada “Lullaby”, en la que dio muestras de su dominio del piano y de las resonancias de otros grandes nombres del jazz, que le han influenciado en su aprendizaje y desarrollo posterior como instrumentista. 

Mirabassi es músico al que le gusta experimentar con estilos y partituras de otros creadores que tengan o no que ver con el jazz, pero siempre llevando su particular visión a esos terrenos. Fue el caso de una conocida pieza del recordado Antonio Carlos Jobim titulada “Retrato em branco y preto”, que sin perder la esencia del maestro carioca Mirabassi la trasladó a su terreno con una notable maestría y haciendo gala de sus dotes como pianista.  

Giovanni Mirabassi es una persona cercana, a pesar de su aparente timidez. Se esfuerza por hacerte la velada más que agradable y pretende, lográndolo, que todos se sientan a gusto y disfruten con su música. Tal vez por ello el pianista italiano dejó sonar su versión de “Gracias a la Vida”, rica en matices y figuras musicales como muestra de lo que les indicamos, lo que el público supo premiar y valorar con evidencia al igual que en sus anteriores interpretaciones. Antes de que llegara la segunda parte de su concierto en este regreso a Jazz San Javier, el músico afincado en Paris anunció “Libertango”, del recordado Piazzola, en el que una vez más nos dio muestras de sus grandes capacidades interpretativas, utilizando la mano izquierda para marcar el ritmo insistente del tango, mientras que la derecha fraseaba de manera magistral. Todo un disfrute, vamos. Exultante se mostraba el auditorio con Mirabassi, que durante toda la noche superó un grave problema nasal debido a una alergia que traía de la noche anterior. Pero ello no le restó, en ningún momento, ganas ni ánimo para regalar una magnífica participación en esta antepenúltima sesión de Jazz San Javier. 

Y entonces llamó a Melanie Dahan, que debutaba en este festival. Melanie apareció en escena dando las buenas noches y esperando que los asistentes conocieran un poco la canción francesa, que inició con “Que reste-t-il de nos amours”, una composición del popular Charles Trenet que supuso una primera muestra de la gran voz y dotes para la interpretación que posee esta joven cantante gala, que finalizaba la última estrofa de la misma haciendo referencia a San Javier y ganándose con ello la entrega del público y su estima. 

Tras explicar que era reciente la grabación del disco con Giovanni Mirabassi, Melanie Dahan indicó que el jazz no solamente se canta en inglés, sino también en francés, y para continuar demostrándolo anunció una canción de Charles Aznavour: “L’enfant Maquillé”, cuya letra nos habla de un niño que tiene muchos años, sin patria y que no recuerda sus sueños estúpidos al despertar. Es el niño maquillado. Probablemente, el francés tenga una elegancia sonora cuando se canta que no posee el inglés, y tal vez por eso las notas que salían de la garganta de Melanie Dahan parecían angelicales. El público quedó inmediatamente enganchado con la cantante y premiaba sus interpretaciones con un cada vez mayor entusiasmo. 

Después de Aznavour, Melanie Dahan y Ginovanni Mirabassi plantearon una bella y poca conocida canción de Jacques Brel, titulada “Le Prochain Amour”, que calmó un poco los compases más enérgicos que le precedieron. Hasta el momento, todas las letras nos hablaban de amores y desamores: de lo que quedó de nuestro amor, pasando por el desamor de ser un niño maquillado y sin patria, a dibujarnos en ese poema de Brel el próximo amor que no duraría hasta el próximo verano. Parecía ser el hilo conductor del concierto de Melanie Dahan con Giovanni Mirabassi: el amor. Bueno, no es de extrañar si tenemos en cuenta que estábamos escuchando música francesa, con intérpretes franceses o que residen en la capital francesa: la del amor. 

Las letras de las canciones continuaban contándonos historias relacionadas con el amor y la soledad. Como en “Si tu me payes un verre”, en la que por una copa se estaba dispuesto a escuchar tus historias, tu vida y, por qué no, a ser los cornúpetas más felices del mundo. Luego llegaba el momento para una entrañable canción, a la que tanto Dahan como Mirabassi le tienen apego: “Alfonsina y el Mar”. El gran éxito de Violeta Parra, que sonó diferente en esta versión pero, insisto en ello, sin perder su esencia. 


Con “Bidonville” (para la que llamó al escenario al bajista Laurent Vernerey y al baterista Lukmil Pérez), se ponía el punto y final a esta participación de Melanie Dahan y Giovanni Mirabassi en esta primera parte de la jornada del viernes, 1 de agosto. Es la versión francesa que grabó Claude Nougaro del famoso “Berimbao”, de Baden Powell. El público insistió en pedir más, pero Melanie informó al respetable que la noche estaba dedicada al jazz francés, que a continuación le tocaba el turno al cuarteto del acordeonista Marc Berthoumieux, en el que se integraban sus acompañantes y ella misma interpretaría una o dos canciones con ellos. Respeto y aceptación del auditorio ante lo expuesto. 


FORMACIÓN:

Giovanni Mirabassi (piano)

Melanie Dahan (cantante).
Así lo vimos.




















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